¿En qué está la lucha de los tripulantes industriales
de Talcahuano y Coronel?

En el número anterior de Nueva Democracia informamos de la dura lucha desatada por los tripulantes de la octava región.

Una marcha a la capital y la vuelta a sus casas sólo luego de 44 días de extenuante presencia en las calles de Santiago, permitían suponer que de alguna forma sus demandas serían cumplidas finalmente. Lo cierto es que una vez llegado el plazo en que debían concretarse los beneficios obtenidos en esta dura movilización (consistentes en el cumplimiento del protocolo de acuerdo suscrito con el gobierno el año 2003, para reducir los efectos nefastos de la nueva ley de pesca, como también los justos beneficios ganados en esta última lucha, tales como un bono por término de conflicto, más becas de enseñanza básica, etc.), nuevamente el gobierno hizo vista gorda de lo negociado y acordado con el sindicato de tripulantes en las reuniones que mantuvieron durante su estadía en Santiago, y que de hecho quedo plasmado en una carta de compromiso firmada por el representante del ministerio del interior encargado de resolver este conflicto. Este compromiso del gobierno aceptando en gran parte las peticiones de lo pesqueros, permitió a estos tomar la decisión de volver a Talcahuano y Coronel, confiando y esperando el pago de lo ganado para la segunda quincena de enero de este año (tal como lo establecía el acuerdo suscrito). Hasta el día de hoy nada de lo debido se ha pagado.

Durante este último mes y medio las autoridades gubernamentales no han hecho más que dilatar la concreción de los acuerdos, inventando nuevos requisitos, o mejor dicho obstáculos, para pagarle a los pesqueros. Entre otras cosas, les están exigiendo que los beneficiados con el acuerdo entreguen sus permisos y matrículas de pesca, lo que trae como consecuencia que jamás podrán pescar legalmente, exigen además un supuesto examen psicológico, nadie sabe para qué. Por su parte, para hacer efectivas las becas escolares exigían que los niños estuviesen matriculados, cuestión absurda puesto que los liceos durantes los meses de enero y febrero se encuentran cerrados.

Junto a esto, Felipe Sandoval (PS), actual subsecretario de pesca, quién desconoció lo acuerdos del año 2003, ha tenido la desfachatez de presentarse en la octava región afirmando, ante los propios dirigentes del sindicato de tripulantes, la invalidez del último acuerdo logrado en la venida a Santiago de lo pesqueros. Ante esta burla, ahora es el gobernador de Concepción quién "se supone" está buscando interceder para que el gobierno envíe los dineros.

En estos momentos, la eventualidad de que pague o no el gobierno, tiene a los pesqueros y sus familias en la absoluta incertidumbre. Para muchos lo ganado con la lucha, constituye una necesidad urgente dado la cesantía y la miseria que trajo consigo esta nueva ley de pesca. Por su parte, la situación del sindicato también es dura. Como organización, se ven ante mentira de los gobernantes y ante la necesidad de fortalecer imperiosamente su unión y su disposición a pelear nuevamente, pues de lo contrario será imposible conseguir, lo que al menos en el papel, se ve ganado. Este desafió, propio de cualquier organización popular, se ve sin embargo, mermado en la actualidad por una actitud demasiado pasiva por parte de los directores del sindicato. A pesar de ser tan crítico el momento, no se han llevado a cabo asambleas regularmente para informar y planificar los pasos a seguir. Para muchos miembros de esta asamblea existe prepotencia en los dirigentes, pues no toleran las opiniones distintas a las suyas. Se da, de alguna forma, lo que habitualmente se tilda como: "creen que se las saben todas".
Qué sucederá es imposible saberlo. Del gobierno se puede esperar cualquier cosa, los tripulantes saben eso. Todos los años de lucha que llevan no han sido en vano. La experiencia y la fortaleza que adquiere el pueblo en su camino son las que determinan el sentido y la dirección de la marcha. Entre todo lo que han aprendido los tripulantes, hay algo que no se les borrará jamás de su pensamiento: sólo luchando unido el pueblo avanza y consigue sus demandas y sus anhelos. Poco a poco y una con una, las luchas de los diversos sectores de las masas populares forjarán una senda que nos conducirá mediante la conquista del poder a un destino común: una nueva sociedad, sin ricos ni pobres, donde quienes gobiernen sean la clase y el pueblo.

 

"Cueca de los pescadores"

Los pescadores se unieron
y marcharon a Santiago.
Demostrando con su ejemplo
que en la lucha está la mano.

Y únete pescador
con tu hermano campesino.
El que te quita el pan,
le quita también su trigo.

Óyeme estos ladrones
sentados en la moneda,
caramba son el mal,
son el mal y la vergüenza

Tu grito pescador
en el pueblo se escuchó.