Con motivo de la celebración de los 40 años del inicio de la Gran Revolución Cultural Proletaria.
LOS DAZIBAO: UN ARMA DE LUCHA
CONTRA LA BURGUESÍA

Lucha de dos líneas

En la etapa socialista los medios de producción han sido expropiados a la burguesía y han pasado a manos del Estado proletario. Los burgueses han sido despojados de sus propiedades y la anarquía de la economía burguesa es reemplazada por la economía planificada socialista. Sin embargo, aunque el proletariado está dirigiendo el Estado, aún se encuentran presentes elementos burgueses en la sociedad, y lo que es más grave aún, todavía no han podido ser erradicadas las ideas burguesas y reaccionarias.

Si las ideas burguesas persisten, aún persiste el peligro de que la revolución se desvíe en su camino hacia las concepciones antimarxistas y que, en consecuencia, la revolución socialista termine en una restauración capitalista. Por esto es totalmente necesario dar la lucha no sólo en la producción, sino que además en los planos ideológicos y políticos. No basta con derrocar a la burguesía del poder, también hay que derrocar las ideas burguesas de la sociedad. Respecto a esto Mao Tse-tung establece en 1957:

“En nuestro país subsistirá por largo tiempo la ideología burguesa y pequeño-burguesa, la ideología antimarxista. Se ha establecido en lo fundamental el sistema socialista. Hemos obtenido la victoria básica en la transformación en la propiedad de los medios de producción. Pero todavía no hemos logrado la victoria completa en los frentes político e ideológico. En el terreno ideológico, todavía no se ha resuelto en definitiva la cuestión de quien vencerá: el proletariado o la burguesía. Aún debemos sostener una lucha prolongada contra la ideología burguesa y pequeñoburguesa. Es erróneo ignorar esto y abandonar la lucha ideológica. Todas las ideas erróneas, todas las hierbas venenosas y todos los monstruos y demonios deben ser sometidos a crítica; en ninguna circunstancia podemos tolerar que cundan libremente.”

¿Dónde están los burgueses?

Una vez que los medios de producción han sido expropiados a la burguesía para pasar a manos del Estado proletario y que a las clases explotadoras se les ha arrebatado el poder, se advierte que, sin embargo, aún existen remanentes de estas viejas clases. Pero ¿dónde están los elementos de las clases explotadoras? Pues, durante el período socialista en China nadie era capaz de plantear una lucha franca y abierta en contra del marxismo.

Durante el período socialista los elementos burgueses se infiltran dentro de los organismos de la sociedad, incluyendo el Partido Comunista, y desde ahí comienzan a socavar el transito revolucionario hacia el comunismo, abrigando sus esperanzas de una restauración capitalista. Esto presenta un panorama nunca antes visto en la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía. En el período socialista la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía adquiere, no la única pero sí su más concentrada expresión, en la lucha de dos líneas al interior del Partido.

“[…] la burguesía sólo puede atacar al marxismo disfrazándose de marxista y adulterando los principios marxistas, ya que no está en situación de levantar principios “claramente en contra del marxismo.”(Liang Hsiao, Actuar siempre de acuerdo con los principios ya establecidos, Guanming Ribao, 4 de Octubre 1976).

Es preciso, entonces, expulsar del Partido y de todos los órganos proletarios a todos los elementos burgueses que se encuentren en su interior y entregarle el poder a las masas. La revolución sólo puede tener dos desenlaces: Si triunfa el proletariado sobre la burguesía la revolución continuará su rumbo hasta el comunismo. Pero si triunfa la burguesía, la revolución será asfixiada e, inevitablemente, será restaurado el capitalismo. Nuevamente la cuestión del Poder es lo principal en la lucha de clases.
Los Dazibao

Marx y Engels han dejado bien en claro en El Manifiesto del Partido Comunista que: “Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos.” Por lo tanto, la lucha de clases en el período socialista no debe limitarse a una lucha al interior del Partido Comunista y sus organismos, sino que debe ser una lucha que involucre a las masas en su totalidad, en la que todos participen y tomen posición. Los debates y críticas deben hacerse públicos mediante discusiones públicas, asambleas y dazibaos (cartelones de grandes caracteres) que sean confeccionados tanto por los militantes comunistas como por las masas en general.
El 25 de mayo de 1966 es pegado en la pared de la Universidad de Pekín el primer Dazibao titulado: "¿Qué hacen Sung Shih, Lu ping y Peng Pei-yun en la Revolución Cultural"? El texto había sido redactado por el personal docente del Departamento de Filosofía de la Universidad, encabezado por Nie Yuan-dsi y en él se acusaba al rector y al Primer Secretario del Partido Comunista de la Universidad de contrarrevolucionarios.

Las autoridades universitarias dieron la orden de retirar inmediatamente el dazibao. Pero el 1 de junio, Mao Tse-tung transmite por radio el texto completo y lo calificaba como “El primer cartel marxista-leninista de grandes caracteres del país”. Esta fue la señal para que las llamas de la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP) abrasaran China. No habían pasado dos días y millones de dazibao inundaban las calles y aldeas de toda China.

El 5 de agosto Mao Tse-tung redactaba su propio dazibao titulado “Cañonear el cuartel general de la burguesía”, donde exponía los principios generales de la decisión del Comité Central del Partido, tomada posteriormente el 8 de agosto de 1966.

En la Editorial del Diario del Pueblo (2 de junio de 1966) titulada “Los dazibaos son “espejos mágicos” para descubrir a todos los monstruos” se recalcaba la importancia de los dazibao en la GRCP y se animaba a las masas a confeccionarlos y pegarlos. Esto fue un duro golpe a todos aquellos elementos burgueses que con prejuicio sostenían repetidamente que las masas no estaban preparadas para dar una discusión política y que, por lo tanto no debían ser incluidas en los debates ni en la toma de decisiones.
La nueva etapa de la lucha de clases, la GRCP, demandaba estimular a las masas a que opinaran y se movilizaran. Pues, nadie mejor que ellas podría cumplir la tarea de rectificar las políticas erradas y vigilar y combatir a los elementos burgueses agazapados al interior del partido y sus organismos. Al mismo tiempo las masas se iban acostumbrando a la labor de gobernar y tomar las riendas de su propio futuro.

No es mera casualidad, entonces, que la Gran Revolución Cultural Proletaria se haya transformado en un gran movimiento de masas, en una gran revolución donde todo el pueblo (principalmente la juventud) se vio envuelto. Este inmenso torrente con los comunistas como vanguardia es la experiencia más elevada que el proletariado ha tenido en la lucha de clases. La GRCP resolvió el problema de cómo dar la lucha contra las clases explotadoras en el período del socialismo y puso una vez más sobre la mesa la indiscutible verdad que en la revolución lo central es la cuestión del poder.

 


RECORTES

de la prensa china acerca de la revolución cultural

16 Mayo 1966
“Los representantes de la burguesía se han infiltrado en el partido, el Gobierno y el ejército y los diversos sectores culturales, son un grupo de revisionistas contrarrevolucionarios. Cuando maduren las condiciones, se apoderarán del poder y convertirán la dictadura del proletariado en dictadura de la burguesía. A algunas de estas personas ya las hemos descubierto; a otras todavía no. Y en algunas aún confiamos y las preparamos para ser nuestros continuadores. Por ejemplo, gente tipo Jrushov todavía anida a nuestro lado.” (Importantes documentos de la gran revolución cultural proletaria, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1970, pp. 129-130).

Los cartelones revolucionarios en grandes caracteres son "espejos mágicos" para descubrir a todos los monstruos.

La gran revolución cultural proletaria ha alcanzado ya un punto muy alto. Hemos de colocarnos a la vanguardia de este movimiento y guiarlo activamente.

Es indispensable movilizar con audacia a las masas y adoptar el método de expresar franca y plenamente opiniones y criterios, escribir cartelones en grandes caracteres chinos (dazibao) y realizar grandes debates. Es preciso que las masas exterioricen plenamente lo que piensan, que descubran a todos los representantes de la burguesía que se oponen al Partido Comunista, al socialismo y al pensamiento de Mao Tse-tung, que pongan en evidencia a todos los monstruos y reduzcan a cenizas, uno por uno, todos los bastiones reaccionarios de la burguesía.

El Presidente Mao dice: "Los cartelones escritos en grandes caracteres son un nuevo tipo de arma extremadamente útil".

¡Los cartelones revolucionarios son algo muy bueno!

Son "espejos mágicos" para descubrir a todos los monstruos. Si cada uno de nosotros se vale de ellos, es posible descubrir rápidamente y desde cualquier ángulo los verdaderos rostros de las siniestra pandillas anti-Partido y antisocialistas.

Estos cartelones presentan diversas opiniones y revelan contradicciones de toda especie. A través de dichas opiniones y contradicciones debemos llegar a comprender la situación, encontrar los problemas y resolverlos.

Estos cartelones plantean lo justo y lo injusto en los asuntos primordiales para que todo el mundo discuta, analice y critique. Esto significa concentrar veinte años en un día en lo referente a la educación de las masas, y particularmente en lo que atañe a la elevación de la conciencia proletaria de la joven generación.

Estos cartelones revolucionarios elevan grandemente la firme voluntad del proletariado, de las masas de obreros, campesinos y soldados, y al mismo tiempo aplastan la arrogancia de todos los reaccionarios anti-Partido y anti-socialistas así como de las altas y poderosas "autoridades" burguesas.

La actitud que se asuma ante dichos cartelones revolucionarios es una pauta importante para distinguir entre los revolucionarios auténticos y los falsos y entre los revolucionarios proletarios y los defensores burgueses de "Su Majestad" en la actual gran revolución cultural.

¿Es usted revolucionario? Entonces usted ciertamente acogerá con entusiasmo a los cartelones, estará a favor de ellos, se pondrá a la cabeza para escribirlos y movilizará sin reservas a las masas para que hagan lo mismo y saquen a relucir los problemas.

¿Es usted defensor de "Su Majestad"? Entonces estará muerto de miedo con los cartelones. Se pondrá pálido de terror, sudará frío al verlos aparecer y tratará por todos los medios de impedir que las masas los escriban.
El miedo a los cartelones de grandes caracteres significa miedo a las masas, miedo a la revolución, miedo a la democracia popular y miedo a la dictadura del proletariado.

Existen algunos individuos con autoridad, que han tomado el camino capitalista; sus cabezas se parecen al granito. No permiten que las masas hagan la revolución ni escriban dichos cartelones. Y, cuando las masas los escriben, se valen de su posición y poder y, con una cantidad de pretextos, organizan a los defensores de "Su Majestad" para que escriban cartelones contrarrevolucionarios con miras a cercar y atacar los cartelones revolucionarios y reprimir a los revolucionarios proletarios. No tememos a tales acciones. El hecho de que salgan sirve como ejemplo negativo, eleva la vigilancia de las grandes masas y las ayuda a distinguir entre lo justo y lo injusto en los asuntos primordiales. ¡Esto es sumamente positivo!

El presidente Mao dice: "Debemos tener fe en las masas; debemos tener fe en el partido. Estos son dos principios fundamentales. Nada lograremos si ponemos en dudad estos principios".

Precisamente por esta razón -porque tenemos plena confianza en las masas y porque estamos absolutamente convencidos de que, bajo la dirección del Presidente Mao, nuestro glorioso, grande y correcto Partido goza de un enorme e inconmovible prestigio entre ellas- estimulamos a las masas para que escriban cartelones en grandes caracteres a fin de facilitar nuestra lucha contra el enemigo, el mejoramiento de nuestro trabajo y el más sano y gigantesco avance de nuestra causa socialista.

¡Movilicemos sin reservas a las masas, movilicémoslas sin reservas para que escriban cartelones de grandes caracteres y, bajo la bandera del gran pensamiento de Mao Tse-tung y la dirección del CC del Partido, llevemos resueltamente hasta el fin la gran revolución cultural proletaria!

Editorial del Diario del Pueblo del 2 de junio de 1966.-


3 de Junio de 1976
“Nunca he dejado de creer que en China existe la posibilidad de una restauración del capitalismo en gran escala. A escala de todo el país. Si esa restauración viene, las cosas irán mal. Volverán los sufrimientos, pero también volverá inevitablemente la revolución. Hay algunos que dicen que yo tengo cabeza de piedra, que no se puede cambiar mi cabeza de piedra. Estoy de acuerdo con esas personas. ¿Cómo podría haber sido un buen comunista si hubiera cambiado mis puntos de vista? No se pueden cambiar los principios marxistas y la línea básica de nuestro partido… Son principios ya establecidos por la historia de la lucha.” (Versión taquigráfica de una conversación con Mao Tse-tung dada a conocer clandestinamente el 16 de septiembre de 1976).