Por la justa recuperación de la tierra

Mapuche de la comunidad Carimán Sánchez y Gonzalo Marín del sector Huilio se movilizan por la recuperación de su territorio ancestral.

El 13 de septiembre la comunidad Carimán Sánchez y Gonzalo Marín del sector Huilio, comuna de Freire, realiza una ocupación indefinida de lo que considera parte de sus tierras ancestrales: El fundo el Notro. La fuerza pública ha actuado en dos ocasiones haciendo ingreso al fundo para desalojarlo, sin lograr detener a ningún comunero. El 25 de septiembre, carabineros ingreso al fundo y en estos momentos se encuentra al interior de él para su resguardo, al igual que ha principio de siglo... Una historia de lucha...

Contexto histórico de la tierra revindicada

Los caciques Carimán Sánchez y Gonzalo Marín formaron parte del gran Kiñelmapu o lofmapu denominado wiliu que formaba un vasto territorio y que en la actualidad pertenecen 21 comunidades reduccionales. Posterior a la ocupación por medio del estado chileno a fines del siglo XIX, comenzaron a ser rematadas parte de sus tierras que ocupaban ancestralmente. Fue así como los caciques comenzaron a ver la apropiación indebida de sus territorios por parte de colonos. Se formo la hacienda San Luis de Huilio de más de 4.000 hectáreas de propiedad del colono Luis Léliva, quien adquiera junto a su mujer Matilde Markmann a través de remates de tierra a partir de 1894. Este predio comenzaba en lo que hoy es la actual ciudad de Freire por el Este, tenía limite sur con el río Tólten, con el río Quepe por el norte y con diferentes familias mapuches allí establecidas.

Finalmente en 1908 los caciques fueron radicados mediante la entrega de un titulo de merced, a Carimán Sánchez y 49 miembros de su familia le correspondieron 220 has y media; y a Gonzalo Marín y 27 familiares: 123 has y media. Así, gran parte del territorio ancestral quedó dentro de la hacienda San Luis de Huilio, razón suficiente para construir un retén de carabineros para resguardo de la propiedad de los colonos frente a la comunidad Carimán Sánchez y Gonzalo Marín.

La gran extensión de tierra en manos de Leliva, dejo en una situación de aislamiento a las comunidades del sector, puesto que para salir de la comunidad y llegar a la ciudad de Freire, debían solicitar permiso al jefe de retén y al mayordomo del predio sufriendo los abusos y atropellos de éstos. Se debía cumplir con un cierto horario impuesto por la hacienda, además debían pagar peajes, y en el caso de no cumplirse , los comuneros eran castigados, retenidos o requisados sus pertenencias. Por esta razón, la comunidad inicia un juicio (1925) por Encierro, falta de caminos y hostigamiento policial. Finalmente en 1928, los comuneros ganaron el juicio por falta de camino, lo que les permitió abrir paso por la hacienda Huilio, además del retiro del retén.

Ya en 1923 había muerto Léliva y sus herederos vendieron en 1926 a Enrique Hot las Hijuelas N°3 del Fundo “San Luis de Huilio” de 1.175 hás por la suma de $400.000. En 1928 herederos de Léliva venden a Fabian Bernedo la hijuela N°4 de 6643 has y la cual es adquirida en 1942 por Enrique Hott.

Posteriormente, en el año 1945, la comunidad inicia el reclamo de sus tierras ancestrales. En ese entonces estaban en manos de Enrique Hott, quien desde 1926 habia ido adquiriendo por medio de compraventa la propiedad de la comunidad.

A partir del año 1949, Enrique Hott , que inicia la repartición del predio a sus herederos, quedando la propiedad dividida en los siguientes fundos con sus respectivos propietarios:

•Fundo “El Notro” de 360 has: Robinson Palma, y hoy en manos del señor Bernardo Mitterstainer.
•Fundo “ Las Rozas”: Enrique Hurca, hoy en manos de los señores Palma.
•Fundo “Los Copihues”: Juan Jon, hoy en manos del señor Rolando Hott.
•Fundo “Las Vegas”: Enrique segundo Hott.
•Fundo “El semillero”: Arnoldo Dosso.

Durante la Reforma Agraria.

En el periodo de la Reforma Agraria la comunidad inicia movilizaciones con el objeto de restituir las tierras usurpadas, es así que al amparo de la Ley de Expropiación promulgada en el gobierno de Allende y bajo la supervisión de la dirección de Asuntos Indígenas de Temuco Dasin, en 1971la comunidad miembro de la asociación Regional Mapuche de Flor de Huilio, compuesta por 15 comunidades señalan: “(...) al señor Ministro de agricultura con el mayor respeto la pronta solución de los siguientes puntos:
1.Autorización rápida para la recuperación de las tierras usurpadas por los fundos vecinos de las siguientes comunidades: Comunidad de Huilio, cacique Carimán Sánchez y Gonzalo Marín (...). Posteriormente, el mismo año la comunidad “(...) por medio del Consejo Comunal de Freire, solicita la devolución de la tierra usurpada por los fundos: Las Rozas y el Notro que actualmente poseen Waldo y Robinson Palma. De este modo, la comunidad del gobierno logran un principio de acuerdo para restituir tierras en manos de Robinson Palma en el fundo “El Notro” y las tierras en manos de Waldo Palma en el fundo “Las Rozas”.

Dicho acuerdo, consistía en la devolución en su totalidad del Fundo El Notro por parte de Robinson Palma y la devolución en forma paulatina, con una restitución inicial de 50 has del fundo Las Rozas por parte de Waldo Palma. Con este hecho la comunidad veía un reconocimiento por parte del estado y los latifundistas del despojo del que fueron victimas. Concurrieron los señores Palma y los asesores de DASIN, y el lonko Juan Segundo Marín para firmar el “Acta de Acuerdo” de entrega de los predios reclamados. Sin embargo, para sorpresa del Lonko, dicho documento restituía sólo una ínfima parte de lo acordado previamente, (sólo 17 has de las cerca de 800 que acordaron); por lo que el lonko Marín se negó a firmar dichos acuerdos, por lo que proseguirán con la movilización y recuperación de sus tierras por la vía de los hechos.

Con el golpe militar del 73, la comunidad junto con sufrir la represión , tuvieron que abandonar las tierras ancestrales revindicadas y recuperas durante la reforma agraria. En este contexto, se inicia un lento proceso de reorganización para oponerse ala Dictadura y en contra del decreto ley2568 sobre la división de la comunidades mapuche.

En 1980, el fundo el Notro, pasó manos del señor Bernardo Mitterstein, iniciando una conflictiva relación con las comunidades colindantes patentizada en la sistemática matanza de animales de los comuneros contiguos al fundo y que sobrepasaban los limites de éste.

A partir de la promulgación de la Ley Indígena.

Promulgada la ley Indígena (19.353) en 1993 y creada la Corporación de Desarrollo Indígena (CONADI), la comunidad “Cariman Sánchez y Gonzalo Marín” de Huilio y sus 44 familias, vuelven a iniciar el proceso de reivindicación de tierras ancestrales no incluidas en sus títulos de merced. De este modo, el año 1997 presentan a CONADI la solicitud de demandas de tierras usurpadas por terceros no indígenas, para lo cual correspondería iniciar un proceso administrativo. Sin embargo es rechazada la petición de la comunidad argumentando CONADI, que los antecedentes no son suficientes para evacuar un estudio jurídico, sumado a que no es posible elaborar un estudio de título, pues no se cuenta con escrituras de 30 años contados hacia atrás, certificados de hipotecas y gravámenes, etc.

Esto no fue suficiente para que la comunidad desistiera de su reivindicación, apelando a la resolución y entregando cuantiosa documentación histórica que permite en abril del 2005 a la resolución de fiscalía de Temuco, acogiendo la apelación y concediendo la aplicabilidad, en beneficio de la comunidad Cariman Sánchez y Gonzalo Marín, por encontrarse dentro del marco que contempla la política de tierras indígenas.

Sin embargo, siendo comunicados de esta resolución comienzan los rumores de que el Fundo El Notro sería comprado para otra comunidad indígena, ubicada en la comuna de Nueva Imperial a mas de 30 KM del lugar. Así ocurrió, el 10 de marzo del 2006 la Comunidad Agustín Curín de Nueva Imperial por medio de dos de sus representantes firmaron dos contratos de compraventa con el agricultor Bernardo Mittestainer, el primero por la compra del predio el Notro de 310 has pagándose el precio de $516.401.950. El segundo, por la compra del predio denominado el Carmen de 50 has, pagándose la cantidad de $83.598.050.

Frente esta situación no hubo respuesta de CONADI cuando la comunidad Cariman Sánchez y Gonzalo Marín pidió una explicación. Tampoco la hubo cuando se enteraron del contrato de mediería firmado entre representantes de la comunidad Agustín Curín y Bernardo Mittestainer en mayo del 2006; y que señala: “Se faculta al mediero para establecer la explotación de los medios como lo estime conveniente... Este contrato de mediería tendrá una duración de dos años...”. Lo que permite al agricultor seguir explotando el territorio luego de haber recibido mas de un millón de dólares por él.

En este contexto, de hechos consumados, la Comunidad hace ingreso al fundo con la decisión de no abandonarlo jamás. Terminando así por la vía de los hechos el contrato con el agricultor, expulsándolo definitivamente. No sin antes entregarle todos los objetos muebles que les pertenecían. Terminado también, con mas de 10 años de intentar recuperar su territorio por la vía institucional.

Lo que demuestra este caso, es la arbitraria política de CONADI de relocalizar comunidad, y disponer discrecionalmente del presupuesto de fondo de Tierras torciendo su finalidad de restitución de tierras y aguas indígenas.

Cabe preguntarse: ¿Cuantos casos como el de Huilio existen? ¿Cuales son los procedimientos del Fondo de Tierras que posibilitan que ocurran hechos como el del fundo el Notro? ¿Que mecanismos de control disponen los mapuche sobre el accionar de Fondo de Tierras y Aguas? ¿Cuantos son los casos de efectiva de restitución de tierras, y cuantos son meras relocalizaciones, que convierte al FTAI en un vulgar “banco de tierras” desconociendo reivindicaciones y derechos?