El Pueblo de Irak Desangra
al Imperialismo Yanqui-Británico

Han transcurrido cuatro años desde que el imperialismo norteamericano y sus aliados atacaron Irak. Un pequeño país semi-colonial de Oriente medio. Los pretextos utilizados fueron los típicos utilizados por todos los imperialistas para justificar sus guerras de agresión. Agitando sus oscuras y sucias banderas de “libertad” y “progreso”, ya desgastadas por los vientos de la historia, se embarcaron en esta nueva aventura guerrera. Para embaucar a los pueblos de sus países vociferaron a los cuatro puntos cardinales consignas en defensa de la “civilización cristiano-occidental” y contra el “terrorismo internacional”.

Las verdaderas intenciones de los imperialistas, tras este gigantesco despliegue propagandístico, han sido impedir el colapso de su economía (que no puede dejar de crecer), activándola por medio de guerras y conseguir (mediante la ocupación militar de países semi-coloniales) fuentes de energía, como el petróleo, que aseguren la continuidad de su sistema de explotación de los pueblos del mundo, en la que se funda su poder económico.

Después de cuatro años de ocupación imperialista, las promesas de libertad, democracia, paz y prosperidad no se han cumplido para nada. Lejos de ello, en esos años, el pueblo irakí sólo ha conseguido una inseguridad permanente traducida en muertes diarias, desplazamientos forzados, acción de escuadrones de la muerte, apagones, carencias económicas, corrupción, mafias, etc. Todo esto, a un grado tal que hay muchos irakíes que consideran que la dictadura de Saddam Hussein era como un mal menor.

Después de cuatro años de ocupación los imperialistas yanqui-británicos y sus aliados se encuentran empantanados en Irak. Son miles de soldados los que han muerto o han sido heridos en las ciudades y campos del país que intentan someter. La guerra de resistencia anti norteamericana, crece cada día con mayor fuerza, arrinconando a los invasores en sus bases y cuarteles. De nada les han servido sus sofisticados artilugios militares para enfrentar la poderosa voluntad de lucha del pueblo irakí, que empuña un armamento básico para llevar adelante su guerra de Liberación Nacional.

Buscando el control de Irak, los imperialistas, obligados por la resistencia a mantenerse en una posición defensiva, tratan de recuperar la iniciativa militar recurriendo a diversas tácticas para debilitar la lucha popular. Una de ellas es la de alentar la guerra civil entre la comunidad chiíta (mayoritaria) y la comunidad sunita (minoritaria), para ello han alentado al gobierno títere (controlado por chiítas y kurdos) para que continúen empleando escuadrones de exterminio para asesinar a personalidades irakíes o a cualquiera que se manifieste en contra de la ocupación o los colaboracionistas. Junto a ello, están planeando ampliar la guerra atacando a Irán (sin descartar a Siria). Con esto, los imperialistas suponen que impedirán su derrota.

La importancia que tiene la guerra de Liberación Nacional del pueblo de Irak para los comunistas (maoístas) y revolucionarios chilenos es que esta guerra se desarrolla en un país donde la población es predominantemente urbana (más del 75%). Una situación que se asemeja a la realidad de Chile. Lo mismo ocurre con su capital, Bagdad. También es semejante a Santiago de Chile, tanto en su extensión como en cantidad de habitantes (5 millones de habitantes). En superficie territorial Irak es más pequeño que Chile, ya que ocupa una extensión que va de la primera región hasta algo menos de la novena. La población de Irak es mayor que la de Chile.

¿Por qué es importante el estudio de la guerra de Irak para los maoístas chilenos? Porque más allá de las semejanzas en algunos aspectos, nos permite vislumbrar los problemas propios que deberá resolver la guerra popular en Chile cuando ésta se inicie y se desarrolle. Los críticos de la guerra popular en Chile la desechan de plano, alegando de que en un país predominantemente urbano como nuestro país ello no es posible. Esta opinión se basa en que la teoría militar del camarada Mao Tse-tung fue ‘establecida’ para un país predominantemente campesino como China (como Vietnam, Perú o Nepal). Quienes han venido realizando esta crítica sólo han captado los aspectos particulares de esas experiencias y no los aspectos generales y más profundos de ella.

Los aspectos más profundos de la Teoría de la Guerra Popular se encuentran en primer lugar en algo que es obvio: es una guerra del pueblo o en otras palabras es una guerra de masas, que sólo se puede llevar adelante incorporando a las diversas clases populares a la lucha de diversas maneras. El “rodear ciudades desde el campo” no sólo tiene un sentido literal, también un sentido más general y profundo, que tiene que ver con detectar o generar los ‘vacíos de poder’ del enemigo entre las masas, fortalecerse allí e ir atacando y conquistando poder progresivamente y por saltos, desde los sitios más débiles hasta los más fuertes, hasta destruirlo por completo. Esto es sólo un ejemplo de muchos otros que existen en la Teoría de la Guerra Popular y que los maoístas deberemos ir desentrañando a través de la práctica revolucionaria del pueblo de Chile y de los pueblos del mundo.

En contra de los vaticinios pesimistas, formulados intencionadamente por los imperialistas, burgueses, revisionistas y otros oportunistas, la guerra de Irak nos enseña el inmenso potencial de lucha que encierran los pueblos cuando se atreven a levantarse contra sus opresores, con la voluntad de llevar la lucha hasta el fin. La guerra de Vietnam (un país aun más pequeño que Irak) demostró que el imperialismo con todo su poder atómico y su tecnología avanzada no era invencible, y lo expulsó de su territorio. Hoy, el pueblo de Irak, al igual que el pueblo vietnamita hace más de 30 años, está demostrando que un pueblo decidido puede derrotar una vez más al imperialismo, aunque haya desarrollado tecnologías más avanzadas. EL FACTOR DECISIVO ES EL HOMBRE Y NO LAS COSAS, sentenció el camarada Mao Tse-tung, como un principio histórico confirmado en miles de años de lucha de clases y hoy confirmado una vez más.

Según informes del Pentágono, suicidios, stress y diversos tipos de enfermedades mentales se han manifestado en los combatientes, lo que se ha expresado en aumento de violencia intra familiar y divorcios. Toda esta situación en su conjunto, les está provocando enormes costos financieros a los imperialistas por concepto de hospitalización y tratamiento. El costo que demanda un herido es mayor que el de un muerto, porque también hay que considerar todo el personal médico y los remedios que se necesitarán para su recuperación.

 

 

ALGUNOS DE LOS COSTOS DE LA GUERRA DE RESISTENCIA ANTI-NORTEAMERICANA EN IRAK

IRAKIES MUERTOS: más de 650.000
IRAKIES HERIDOS: más de 1.000.000
IRAKIES REFUGIADOS: alrededor de 2.000.000 (750.000 en Jordania y 1.000.000 en Siria)
OCUPANTES: 158.000
OCUPANTES MUERTOS: 3.300 (se estiman muchos más, los heridos graves que mueren fuera de Irak no son considerados)
OCUPANTES HERIDOS: 25.000 (de ellos 15.000 heridos graves)
SOLDADOS DESERTORES: 5.500 (la mayoría escapados hacia Irlanda y otros a Canadá y países de la Unión Europea)