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Un
testimonio sobre el pasado 8 de marzo
Para las
mujeres proletarias
no hay día de la mujer
8 de marzo, "día de la mujer". Son las
17.30 hrs. de una tarde calurosa. Camino bajando por la Alameda Bernardo
O'higgins. En la misma dirección veo caminando pequeños
grupos de mujeres, jóvenes, niñas, de edad media, y ancianas.
A lo lejos se escucha música y se divisan agitándose, banderas
multicolores. A medida que me acerco comienzo a ver una multitud congregada
frente a un gran escenario flanqueado por torres de gigantescos parlantes
que lanzan al aire melodías andinas. A un costado una pantalla
gigante permite ver los detalles de lo que ocurre sobre las tablas. Por
detrás sobresale el memorial construido por la dictadura "a
los mártires de carabineros". En el lado contrario se pueden
ver los fierros retorcidos que sobresalen de las negras ruinas que quedaron
luego del incendio de una parte del edificio "Diego Portales"
ex "Gabriela Mistral" aún ocupado por el Ministerio de
Defensa.
La masa de unas mil personas está compuesta en su
mayoría por mujeres. Pertenecen la mayoría a sectores pequeñoburgueses
profesionales, empleados de gobierno, ONGs, estudiantes, etc. Las mujeres
proletarias no abundan aquí. En este ambiente de fiesta se divisan
mujeres con bandas presidenciales que destacan sobre vestidos blancos
celebrando el triunfo electoral de "la primera mujer presidente de
Chile". Unas tiran al aire volantes otras reparten hojas, o venden
periódicos con temas sobre la situación de la mujer, contra
su discriminación, contra la violencia intrafamiliar, etc. Siguen
llegando mujeres en pequeñas columnas: de la CUT, de las minorías
sexuales, et. Un grupo de jóvenes anarquistas se ha instalado como
una mancha negra entre la multitud. En el escenario está actuando
la Rosita González presentando un fragmento de "La Negra Ester",
es la misma actriz que salía en la franja del JUNTOS PODEMOS MAS
apoyando a Tomás Hirsch.
Después de un rato de observación he caído
en cuenta de que este acto está organizado por el gobierno de Lagos
es "un acto oficial" de propaganda. Sigo mi camino Alameda abajo
cruzándome con otras columnas que suben portando banderas del PODEMOS,
del "PC", de los pueblos originarios, etc. Cruzo la avenida
y camino orillando el cerro santa Lucía. Al aproximarme a la Biblioteca
nacional una columna que sube por la Alameda atrae mi atención.
Son entre 200 y 300 mujeres que portan grandes lienzos de papel y de tela
sostenidos por largos colihues. Van algunas con sus niños. En tercera
fila, a la cabeza de la marcha una mujer empuja un cochecito en el que
va inocente un niño de unos tres años. Marchan combativas,
con sus gritos de protesta, tocando pitos y batiendo palmas. Se les ve
dignas y serenas en su pobreza, seguras en los justo de su causa. Son
mujeres proletarias, pobladoras que conforman organizaciones de deudores
habitacionales. Han marchado toda la tarde por las calles del centro de
Santiago. Ahora se dirigen hacia el acto organizado por el gobierno.
Repentinamente algo sucede. Un "guanaco", un
"zorrillo" y una micro de pacos se detienen a contrapelo de
la marcha solo separados por la reja que divide el bandejón central
de la Alameda. Los policías comienzan a bajar con sus cascos y
armaduras plásticas. Saltando la reja a la altura de la calle San
Isidro rodean a las mujeres intentando desviarlas por Carmen o Diagonal
Paraguay atestada de vehículos. Las pobladoras continúan
adelante ahora en un sector de la Alameda completamente despejado a propósito,
para permitir el avance de las marchas de mujeres que concurren al acto.
En esta zona despejada otras columnas de mujeres avanzan sin problemas.
Sin embargo los carabineros están empeñados en impedir que
las deudoras habitacionales no lleguen hasta el acto. No cabe duda que
hay instrucciones precisas del gobierno. Antes que la pequeña columna
llegue a la calle Lira los vehículos policiales se atraviesan en
la calle para formar una barrera y el carro lanza-agua actúa en
contra de las mujeres y sus hijos. Los pacos reprimen con la brutalidad
propia de los "maridos golpeadores", realizan detenciones, y
rompen los lienzos. Las mujeres fueron disueltas, en medio de la condena
de todos los que transitaban por el lugar.
Más tarde me enteré que aquella noche hablaba
en aquel acto, Michelle Bachelet presidenta electa que asumiría
el cargo tres días después. Durante su discurso las pobladoras
igualmente alzaron su voz, luego de conseguir infiltrarse en el acto que
supuestamente era para todas las mujeres chilenas.
Estos hechos nos indican que las mujeres pertenecen
a diversas clases sociales que luchan entre sí, y que no son un
sector homogeneo como tratan de hacernos ver las clases dominantes. Una
mujer en la presidencia jamás podrá cambiar esta realidad
menos aún cuando ella representa a un sector de las clases que
oprimen al pueblo.
¡¡Viva la lucha
de las mujeres deudoras habitacionales!!
¡¡Viva la lucha de las mujeres proletarias y populares!!
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