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Diversas
movilizaciones en la octava región
Según las últimas cifras dadas por el gobierno
de los índices de cesantía a nivel nacional, las ciudades
de Talcahuano, Coronel y alrededores son las que encabezan la lista con
los mayores índices de desempleo. Aunque el gobierno diga que la
tasa de desempleo bajó algunos puntos porcentuales, la verdad es
que la situación de los trabajadores, no sólo en estas ciudades
sino que en todo el país, empeora sostenidamente. No sólo
la cesantía es el problema, los bajos salarios y las pésimas
condiciones de trabajo son una realidad presente entre los trabajadores.
Sin embargo, hay momentos en que ya no se aguanta más, asumiéndose
la necesidad de movilizarse como única alternativa para conseguir
mejores condiciones de trabajo y de vida. Sólo en la octava región
si hacemos un breve sondeo nos daremos cuenta de que las luchas, las protestas
y las movilizaciones en general son pan de cada día.
Durante el mes de febrero de este año, surgieron
varios focos de conflicto entre trabajadores y patrones, la mayoría
relacionados con el tema de las consecuencias de la ley de pesca. De esta
forma, damos cuenta de las movilizaciones del Sindicato Oficial de Pescadores
Artesanales y Ramos similares de Talcahuano, Sopar-Pesca, por las malas
condiciones de trabajo (malos tratos y bajos salarios). Denunciando además
amenazas por parte de los armadores (dueños de embarcaciones) para
deponer las protestas tanto a los dirigentes del sindicato como a sus
familias. Por su parte, los trabajadores cesantes choreros de la región,
agrupados en la Coordinadora de cesantes de Talcahuano y el Sindicato
de trabajadores eventuales, han mantenido movilizaciones y protestas por
el no pago de los sueldos por los denominados empleos de emergencia. Llevan
más de dos meses sin recibir remuneraciones por parte de su empleador,
el gobierno. Este argumenta que quienes están encargados de pagar
los salarios se encuentran de vacaciones por lo que los choreros deben
esperar su regreso. Sabemos que el hambre y la desesperación no
esperan a nadie, por lo que los cesantes choreros han declarado estar
dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para lograr
que se les pague lo que han trabajado.
En la pesquera Tubul de Coronel el sindicato de trabajadoras,
luego de 45 días de negociaciones con la empresa, decidieron empezar
la huelga legal. Como forma de presionar, una vez declarada la huelga,
tomaron la decisión de acampar en las afueras de la empresa y declararon
que se quedarán allí mientras no exista solución
a sus demandas. Piden que se les aumente el bono de transporte y alimentación,
que actualmente asciende a $ 5.300 mensuales, cifra que no alcanza, según
lo que dicen las trabajadoras, "ni para 15 días". Reclaman
un bono de $18.000 para bajar la huelga.
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