Con
la toma de Soinsa culmina huelga de trabajadores
Llevaban 40 días de huelga y aún
no recibían respuesta.
No
es exagerado decir que los trabajadores de Soinsa le torcieron la mano
al patrón, o que incluso lo dejaron con esguince. Eso fue lo que
sucedió en Panamericana Norte 6090 cuando decidieron tomarse la
empresa y dejar de manos cruzadas al pulpo Velasco quien viendo paradas
las faenas productivas no le quedó otra que sentarse a negociar.
Todo partió a las 06:00 de la mañana, cuando
cerca de 10 trabajadores comenzó su peregrinar por las calles de
la Población el Cortijo con un único objetivo: tomarse la
empresa. Ya previamente, y con varios días de anticipación,
habían planeado con lujo de detalle la acción que realizarían,
conocían el terreno pues trabajaban diariamente allí, sabían
cuales eran los puntos vulnerables para entrar a la fábrica. Para
que no faltara ninguno o se quedaran dormidos, alojaron el una sede del
PC cercana a la empresa.
Hicieron el ingreso exitoso a la fábrica cerca de
las 06:30. No todos entraron, pues algunos debían quedarse fuera
para negociar si era necesario. Aunque los demás trabajadores ya
sabían de esta acción, sólo fueron avisados del día
los trabajadores que se la tomarían para evitar las filtraciones
de información. Dirigentes sindicales hacían los llamados
respectivos para solicitar toda la ayuda necesaria para apoyar masivamente
la toma desde fuera. De hecho, llegaron miembros y dirigentes de otros
sindicatos, bases de las Juventudes Comunistas, y otros tantos estudiantes
apoyando esta acción. Por otra parte, los trabajadores al interior
de la empresa con la ayuda de una yale bloquearon el portón y el
ingreso principal con fierros y materiales para la construcción
de andamios que se encontraban en el mismo lugar.
Hasta antes de esta acción la actitud del patrón
era de total indiferencia. No quería soltar ni uno, 'nos salió
más re duro' decían algunos trabajadores. Tal era la confianza
que tenía el patón en su poder que no escatimó fuerzas
ni recursos en contratar rompe huelgas a cargo de empresas contratistas
como Servilider o Constructora Erpa, entre otras, sabiendo de la sanción
que le correspondería por parte de la Inspección del Trabajo.
Mientras los trabajadores de Soinsa se manifestaban en las afueras de
la empresa, ésta seguía funcionando normalmente. Incluso
cuando los trabajadores con el apoyo de jóvenes, osaron bloquear
el tránsito de los camiones que salían de la empresa, no
demoraron en regularizar la situación con la represión de
fuerzas especiales, quedando nuevamente trabajadores lesionados. Otro
antecedente más para confirmar el rol que cumplen las Fuerzas Armadas
y de Seguridad defendiendo los intereses de los explotadores.
No fue sino hasta que los trabajadores se tomaron la empresa,
paralizando totalmente las 04 empresas que se coordinaban en las oficinas
de Soinsa, reteniendo los camiones y el material de trabajo, que el patrón
no se había preocupado tanto. La misma gerenta de finanzas decía
a los dirigentes 'no saben cuánto pierde la empresa con un día
paralizada y mas encima los camiones adentro'. Es esta preocupación
de no poder seguir llenándose los bolsillos y la fuerza que seguía
teniendo el sindicato lo que llevó al patrón a negociar.
El patrón nunca se imaginó que después de 40 días
de huelga el sindicato permanecería unido y con el ánimo
en alto como para tomarse la empresa.
Esto nos demuestra una vez más que sólo a
través de la lucha podemos arrancar importantes conquistas para
el pueblo chileno y sus trabajadores. Antes de la lucha no había
nada. Hoy se ha logrado subir el sueldo base de $127.500 (el mínimo
legal) a 160 lucas para muchos trabajadores, mejorar y regularizar los
bonos de producción, el pago de horas extras y los aguinaldos de
Septiembre y Diciembre, entre otras cosas.
Pero todo esto fue posible, en parte, gracias a los dirigentes
que no traicionaron a los trabajadores y, en parte también, a aquellos
que decidieron arriesgarse al ocupar la empresa. Decimos en parte, ya
que el gran mérito cae sobre todos los trabajadores de Soinsa que
lograron la enorme tarea de soportar una huelga de 40 días, con
un panorama negro en la casa, sin un sueldo con el que llegar, nada más
lo que el fondo común de resistencia del sindicato permitiera repartir
entre los trabajadores y con una moral que decaía con el transcurrir
de los días sin una solución. Los trabajadores lograron
mantener el puño en alto y pese al constante hostigamiento y las
golpizas de los pacos, seguían luchando. Como decía uno
de los trabajadores 'faltaba sólo un apretón más
o menos y dejar la tole tole'.
Nueva democracia saluda a los trabajadores de Soinsa que
con su lucha han entregado valiosas experiencias para el combate futuro
de los trabajadores y del pueblo chileno.
¡¡ La lucha da lo que
el Estado y los patrones niegan !!
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