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NOTICIAS DE LUCHAS POPULARES EN AMÉRICA
LATINA
Campesinos
y pobladores incendian municipalidad Argentina
Completamente destruidas quedaron las dependencias
municipales de Misiones
El día 14 de marzo, campesinos, pequeños
agricultores y vecinos de la ciudad d San Vicente, en la provincia de
Misiones (Nordeste argentino) atacaron las instalaciones municipales prendiéndoles
fuego y destruyéndolas por completo.
El ataque de las masas, fue la culminación de un proceso de lucha
que lo pequeños agricultores venían librando para exigir
el cumplimiento, por parte del gobierno, de la promesa de un subsidio
agropecuario a raíz de las intensas sequías que afectaron
a la región. Todo el pueblo vive directamente de la producción
agrícola y ante la falta de respuesta del gobierno, la gente
no aguanto más señalaron algunos dirigentes
Movimiento
y manifestaciones en Córdoba
El 12 de marzo de 2006 miles de vecinos de la ciudad de
Córdoba marcharon hacia la legislatura para protestar contra el
tarifazo que aumenta el cobro de las tarifas de agua potable
dictado por el gobierno a favor de la empresa trasnacional Aguas cordobesas
Suez (francesa).
La lucha de los vecinos en el largo plazo es que el agua sea declarada
un bien público y no una mercadería para el enriquecimiento
de un pequeño grupo de empresarios extranjeros. Están pidiendo
que aguas cordobesas del grupo Suez se vaya de Córdoba y la recuperación
del agua como un bien público.
Trabajadores argentinos aumentan sus luchas
Durante
el mes de marzo del 2006 se registraron 82 paros y protestas callejeras
realizadas por trabajadores argentinos. Estas luchas representan un aumento
en más de un 100% con respecto a los paros y manifestaciones registradas
en febrero de éste mismo año que fueron 34. Estos datos
fueron obtenidos por el gobierno de Kirchner a través de consultoras
privadas que realizan estudios para el Estado burgués semicolonial
argentino, con el propósito de reprimir y mantener bajo control
a la lucha popular.
Según estos mismos estudios en los últimos 26 años
se registraron 10528 luchas. En 1980 fueron 328, llegando hasta 949 en
1988, último año de gobierno del presidente radical Raúl
Alfonsín (que se vio obligado a entregar el mando a Carlos Menem
antes del plazo legal). Desde ese año las luchas de los trabajadores
fueron decreciendo hasta llegar a un mínimo de 125 en el año
1997. A parir de allí las tendencias mostraron un incremento de
los conflictos que llegaron a 358 en el segundo año de gobierno
de la Rua cuando fue derribado por una violenta explosión popular
gavillada por la profunda crisis económica, social y política,
en que hundieron al pueblo argentino las políticas impuestas por
el imperialismo Yanki a través del Fondo Monetario Internacional.
El año que gobernó Duhalde las luchas disminuyeron a 285
ya que este apareció como un primer salvavidas del sistema neo-colonial
en Argentina, contribuyendo al apaciguamiento de la combatividad de las
masas en lucha. El año 2003 cuando asume Kirchner (el segundo salvavidas
del sistema, mucho más convincente y apaciguador que el primero)
los conflictos bajan aún más llegando hasta 122.
Sin embargo, la indigencia, la pobreza, la cesantía y el trabajo
precario se han mantenido en cifras altas sin que el gobierno burgués
de Kirchner consiga resolverlas. Por ello, la lucha popular se volvió
a incrementar duplicándose el año 2004, llegando a 249 paros
y movilizaciones. En el año 2005 estas luchas se triplicaron a
820. Un 52% de estos dos conflictos se han producido en los gremios del
sector público, un 25% en los servicios privados, el 22% en las
industrias y el 1% restante son movilizaciones o paros protagonizados
por centrales sindicales.
Todas estas cifras están demostrando que, si bien en un primer
momento, las medidas y reformas demagógicas de Kirchner consiguieron
frenar la lucha popular, al crear falsas expectativas de cambio, ahora
esta lucha se reanuda porque los problemas de fondo no han sido resueltos
dentro de un sistema capitalista. Es el pueblo argentino quien recibe
hoy sobre sus espaldas todo el peso de la crisis. Argentina aparece hoy
como un país que está superando su grave crisis pero a costa
de mayor explotación y opresión de sus masas trabajadoras.
Los que se salvan son los propietarios de los grandes monopolios nacionales
y extranjeros que continúan operando libremente en el país
vecino. En las sombras se mantienen expectantes y vigilantes las FF. AA
guardianas del orden, la constitución y las leyes burguesas.
El único camino verdadero para salir de la situación que
hoy vive el proletariado y el pueblo argentino no es otro que el de la
destrucción revolucionaria del Estado semicolonial burgués
y el establecimiento de un Estado de Nueva democracia. Para hacerlo es
necesaria la existencia de un auténtico partido comunita, capaz
de conducir sus actuales luchas, convirtiéndolas en lucha revolucionaria
de masas, en guerra popular prolongada.
Sector salud nicaragüense continua en la lucha
Hace
más de cuatro meses la Federación Médica inició
una huelga indefinida, exigiéndole al gobierno de Enrique Bolaños
el cumplimiento de mejoras económicas y condiciones de trabajo
que el Estado prometió (según acuerdos) en 1998 sin que
hasta ahora haya sucedido nada.
A esta lucha de los médicos del sector público, se suma
más tarde, la huelga que iniciaron por separado, los trabajadores
de los hospitales, postas y centros de atención del Estado agrupados
en la Federación de los Trabajadores de la Salud (FET SALUD). Su
objetivo es el mismo de los médicos.
Con estas huelgas el sistema estatal de salud se ha visto paralizado en
toda Nicaragua. Lo único que se ha mantenido funcionando para la
atención del pueblo han sido las postas de emergencia que en Nicaragua
se llaman Ruta Critica.
La Federación Médica y la FET SALUD hasta unas semanas habían
llevado adelante su lucha en forma paralela, sin unir sus fuerzas lo que
debilitaba su esfuerzo, pero en el último tiempo han decidido luchar
unidos lo que aumenta su poder negociador con el Ministerio de Salud.
La Federación Médica pide un aumento salarial de un 30%
y FET SALUD un 45% más fondos estatales para abastecer los hospitales
de medicinas, instrumentos y maquinarias que garanticen una atención
digna para los sectores populares. Por sus objetivos, estas luchas son
económicas, y actúan sólo como una forma de presión
para que el Estado ceda ante los huelguistas.
El gobierno ha respondido hasta ahora, despidiendo a 8 dirigentes médicos
y reteniéndoles sus sueldos como una forma de doblegarlos. Al mismo
tiempo, ha intentado (como ha ocurrido en Chile) desprestigiar el movimiento,
presentándolos ante la opinión pública como criminales
a raíz de la muerte de algunos pacientes.
El presidente Bolaños ha declarado que no hay dinero para
estos dos sectores, y que si accediese al aumento exigido violaría
el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le impuso al
Estado nicaragüense (presionándolo con la deuda externa) un
techa máximo de un 9% en el aumento salarial de los empleados públicos.
El Estado burgués de Nicaragua se ha mantenido firme en su posición,
a tal punto que los médicos que iniciaron esta lucha hace 9 años
comenzaron con una demanda inicial de un 140% para equipararse al promedio
de los salarios de los médicos estatales de los países Centroamericanos.
Más tarde modificaron su petición a un 70% de aumento este
año y otro 70% el año que viene. A continuación se
bajaron sólo a un 30% y como el gobierno se mantuvo firme ahora
variaron su petitorio a 15%, y el otro 15% a un plazo de unos dos o tres
meses.
Esto da una señal de debilidad, que da pie al gobierno para no
ceder ni una sola décima.
Transporte Público en la capital nicaragüense
en huelga
El
seis de marzo, las cooperativas de transporte público de Managua,
capital de Nicaragua, iniciaron una huelga exigiéndole al estado
un subsidio para contrarrestar el alza en el precio de los combustibles.
Amenazaban con convertir el paro parcial en una huelga general.
Nicaragua que en los años 70 y 80 representó
un estimulo de lucha popular en América Latina y el mundo, se encuentra
sometido hoy a una situación de gran pobreza y de dominio semicolonial
por parte del imperialismo norteamericano.
Fueron miles lo obreros, campesinos y otros sectores populares que dieron
sus vidas en las ciudades, campos y montañas de Nicaragua creyendo
que morían por una auténtica revolución y por llegar
a una sociedad socialista. Todos ellos y los que los sobrevivieron fueron
vilmente traicionados por un puñado de dirigentes del Frente Sandinista
encabezado por Daniel Ortega (ensalzado hoy todavía por lo dirigentes
revisionista chilenos).
Este puñado de traidores al pueblo nicaragüense gozan hoy
de todos lo privilegios que les otorga el Estado burgués ocupando
altos cargos y codeándose con los explotadores del pueblo, los
descendientes de los asesinos de Sandino.
Sin embargo, el sacrificio de los caídos no ha sido totalmente
en vano. Su muerte nos indica que seguir el camino trazado por la ideología
y la política revisionista, por el Castro guevarismo - que
ha monopolizado por décadas el pensamiento de miles de jóvenes
latinoamericanos que sinceramente buscan la revolución de las masas
populares con una perspectiva comunista-, esa ideología y esa política
más que al fracaso conduce a la traición, al abandono de
la revolución antes de iniciarla.
Hoy la ideología y la política maoísta tienen la
oportunidad para desplegarse a nivel mundial en las circunstancias más
complejas o adversas, como la ideología y la política más
consecuentemente comunista.
El pueblo nicaragüense no tiene otra alternativa más que la
de perseverar en la revolución si quiere acabar con la pobreza,
la explotación y la dominación semicolonial del imperialismo.
Esta vez debe buscar una teoría revolucionaria distinta a la seguida
anteriormente; corresponde a los maoístas nicaragüenses, a
los elementos más avanzados de la clase obrera y el pueblo sacar
las lecciones de su lucha.
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